Es un
espíritu divino de infinita pureza,
que camina
por la vida,
como un
payaso gentil,
risueño y
pizpireta.
Que va
cantando al hablar,
canciones
que alma llegan.
Su
estampa, la de un ángel
que
salta de nube en nube,
y
de estrella en estrella.
Un
alma sin fin, bondadosa
que
ilumina las sendas,
pero
fugaz como el rayo
su infancia
efímera cesa
y
con el huir de los años
va
perdiendo su riqueza.
Un
tesoro tan divino
no
debería desvanecerse
como
el rocío en la hierba,
debería ser
tan eterno
como
el brillo de una estrella.
Margary
Gamboa
Hola amiga y gran poetisa, amo tus letras, una por una, de manera insólita! que manera de versar que tienes, te admiro totalmente.
ResponderEliminarTan puro como tu misma, lleva tu esencia
ResponderEliminarJosue