Tu boca de dulce fresa, sutil, sedosa,
pasión de algunos días en el calendario,
mis labios impacientes, suaves como rosas
despojan del negro velo esos días rutinarios.
Amarga espera, tortuosa condena,
deseo tu beso arrebatador, intenso,
lunario pesado como una cadena
deja pasar paciente, un dolor inmenso.
En un intervalo el presente se adorna,
de arisco y oscuro a blanco matiz,
sin demora aparente mis labios se tornan
de amarga espera a ternura feliz.
Entre tu pecho mi corazón se estremece,
cabalga veloz, diligente, desbocado,
la tristeza despacio se adormece
entre los besos de esos labios deseados…
entre los besos de esos labios deseados…
Entre tus besos comulgan cuerpo y alma,
ósculo bendito de un prohibido jardín,
breve gozo que he de tomarme con calma,
mientras bebes apasionado, de mi rojo carmín.
Tan elegante como su autora
ResponderEliminarDesde Galicia
Josue
Muchas gracias Josue. Saludos
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